El funcionario de la SEDRONAR, Alejandro Perrone, estaba en su domicilio junto a su familia cuando fue agredido por un grupo de desconocidos, que arrojó piedras contra el cartel que está ubicado en el umbral de su casa, sobre la zona de Pablo Nogués, donde expone su apoyo a las candidaturas de Daniel Scioli a nivel nacional y Leonardo Nardini en el plano municipal.
"Acabo de sufrir un atentado en mi propia casa por parte del Intendente Jesús Cariglino, (su actitud demuestra) que los vecinos que pagamos nuestros impuestos y pensamos diferente no estamos seguros. Lamentablemente, hay niños jugando en su casa y debo cuidarlos del propio Jesús Cariglino, candidato de Sergio Massa", escribió el atacado en su cuenta oficial de Twitter.
Este hecho de violencia es uno más en una cadena que, localmente, ya casi no sorprende a esta altura del partido.
Hay que recordar la postura del Intendente local, Jesús Cariglino, frente a escenarios como este. Su política agresiva y represiva contra la oposición local es una marca registrada de su manual político, especialmente cuando existen dos ingredientes como ahora, una coyuntura electoral y la presencia de un candidato fuerte del otro lado.
Y en este caso, ciertamente, Nardini llega con importantes perspectivas tras meses de intensiva campaña y varios años de gestión en la UDAI-ANSeS de Malvinas Argentinas, una cartera que marcó el curso de su carrera política y garantizó cercanía a importantes sectores de la comunidad local, particularmente la tercera edad y los más desprotegidos.
Su irrupción en el tablero político es un dolor de cabezas para un Cariglino que ve en él algo que también despertó, en 2011, su rival más clásico Luis Vivona. Vivona iba como candidato único del Frente para la Victoria y dio pelea en las primarias, que fueron parejas a pesar que en las elecciones generales de octubre, finalmente, primó el primero por un margen más importante.
Durante esa accidentada campaña, el abogado que representa los intereses del FpV, Jorge Cancio, presentó la friolera de 100 denuncias por distintos episodios de ataques y agresiones. Y hubo uno que fue más grave: una persona recibió un disparo de bala mientras realizaban una actividad proselitista en la localidad de Tortuguitas.
La realidad en 2015 no parece demasiado diferente, cuatro años más tarde de esa contienda. Los militantes del kirchnerismo local fueron agredidos en varias ocasiones durante las últimas semanas, siempre mientras realizaban distintos tipos de actividades, como pegar afiches o repartir volantes con las consignas de su espacio.
Un grupo de mujeres fue agredido esta semana, también, cuando volvían de una jornada cultura impulsada por "Leo". Sin contar con que un grupo del Frente de Izquierda también padeció varias embestidas.
Regresar
